La tecnología no para de avanzar y cada vez lo hace a un ritmo más acelerado y, sin duda, la industria es uno de los sectores que más se beneficia de estos avances tecnológicos. Gracias a estos avances, nos encontramos actualmente en la cuarta ola de la revolución industrial, donde ya se ha integrado la digitalización y la tecnología en todos los procesos industriales. Anterior a esta ola, tenemos la Industria 3.0, caracterizada por la automatización de los procesos industriales, pero ¿qué significa esto? Te contamos todo acerca de los automatismos industriales a continuación.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de automatismo industrial?
La automatización industrial resulta esencial a día de hoy para la evolución de las empresas, sobre todo para aquellas que requieren maquinaria pesada y compleja. Los automatismos industriales son los sistemas computarizados creados para que dichas máquinas trabajen de manera autónoma, es decir, por sí mismas. De esta forma, gracias a las nuevas tecnologías, podemos monitorizar y controlar las máquinas ahorrando esfuerzo a los trabajadores. El objetivo de estos automatismos industriales es, principalmente, aumentar la producción reduciendo tiempo y, por tanto, costes, consiguiendo una mayor rentabilidad sin afectar a la calidad del producto final.
Los automatismos industriales se han incorporado en diferentes sectores, desde el alimenticio hasta el petrolero, pasando por el farmacéutico y el de las telecomunicaciones, entre muchos otros. Para conseguir la automatización, las empresas emplean los siguientes elementos: sensores de movimiento, PLC o autómatas programables, que son la base de todo el sistema de producción, y transmisores.
¿Qué funciones cumple un automatismo industrial?
Los automatismos industriales son una de las tecnologías más completas que existen en la actualidad y se pueden programar para que cumplan con muchas funciones, desde dar un aviso cuando se produzca algún error o anomalía en el proceso de producción o emitir una señal cuando la temperatura se salga de su rango normal. Son funciones que puede realizar sin problema alguno un operario, pero, si se trata sobre todo de una tarea repetitiva, lo mejor es que se automatice por completo, evitando el error humano y ahorrando tiempo y esfuerzo. De manera general, podemos resumir sus funciones en tres principales:
- Mejorar el rendimiento: gracias a los automatismos industriales, podemos mejorar el rendimiento de las máquinas, controlando la fabricación y optimizando tiempos.
- Controlar la actividad de las máquinas: como decíamos, la automatización industrial se encarga de monitorizar y controlar el funcionamiento de las máquinas para que puedan trabajar de manera autónoma sin errores.
- Reducir el número de fallos: por último, automatizar los procesos industriales reduce el número de errores y fallos que pueden ocurrir durante la fabricación de un producto.
Además de estas tres funciones principales, los automatismos industriales sirven para controlar la producción, controlar la calidad de dicha producción, controlar la temperatura, la presión y la corriente de las máquinas para asegurar su correcto funcionamiento, etc.
Tipos de automatismos industriales
En cuanto a los tipos de automatismos industriales que existen hoy en día, podemos destacar dos clases diferenciadas:
- Automatismos cableados: mediante un cable, se crea un circuito que conecta los diferentes componentes que tienen que interactuar entre sí.
- Automatismos programados: este tipo de automatismo industrial es más avanzado que el anterior y consta de un software que procesa los datos transmitidos por los distintos elementos que están conectados a un dispositivo electrónico.
En función del tipo de fabricación que se lleve a cabo en tu empresa, distinguimos otros tres tipos de automatismos industriales:
- Automatización fija: este tipo de automatización se emplea en el caso de industrias donde se fabrique un producto concreto en grandes cantidades y durante mucho tiempo. Se trata de un sistema económico y muy efectivo para fabricar piezas determinadas, con la desventaja de que, si el producto cambia, también habrá que modificar los sistemas de automatización, pues no son reprogramables.
- Automatización programable: este tipo de automatización supera la desventaja presentada por la automatización fija, pues es un modelo adaptable que se puede ajustar a las necesidades que se vayan requiriendo en cada proceso. Es el tipo de automatización más indicado para las industrias que trabajan con productos por temporadas, es decir, que crean productos por lotes.
- Automatización flexible: consiste en la unión de la automatización fija y la programable, por lo que se entiende que es un tipo de automatización más sofisticado y avanzado.
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